Una de las tradiciones funerarias más arraigadas en México es la sepultura, la cual tiende a ir acompañada de diversos pasos en los que se les rinde homenaje a los muertos y se busca acompañarlos hasta su ascenso al reino de los cielos.
Pero ¿alguna vez te has preguntado en qué consisten los funerales católicos? En esta ocasión te diremos qué es lo que expone al respecto la Arquidiócesis de Atlanta y cuáles son los elementos más representativos de este ritual religioso.
Funerales católicos: un paso a la gloria eterna
Según la fuente citada, es natural que las personas tengan una necesidad de despedir a sus seres amados y encomendarlos a Dios, algo que se ve reflejado en los ritos de la Iglesia Católica, siendo el funeral el mejor ejemplo de ello.
En términos generales, un funeral católico se compone de tres partes: la primera de ellas es la Vigilia, misma que, normalmente, se lleva a cabo la noche antes del funeral y en la cual, familiares y amigos se reúnen para “acompañar” al cuerpo del difunto y rezar por su alma. De hecho, es durante la vigilia en la que se dan los ritos litúrgicos solemnes de la Iglesia y se ofrecen condolencias a la familia del difunto, quienes pueden celebrar la vigilia en una funeraria o en su casa.
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La segunda parte de los funerales católicos es la celebración de la misa funeraria, durante la cual el cuerpo del fallecido se lleva a la iglesia, lugar en el que se ora por el regalo de la vida eterna y se lleva a cabo el sacramento de la eucaristía.
Finalmente tenemos al rito de sepultura, durante el cual la Iglesia encomienda el cuerpo del difunto a la tierra, para que lo guarde hasta el día de la resurrección de Cristo, momento en el que el hijo de Dios Padre regresará del cielo, trayendo consigo a los fallecidos bajo su manto.
Recuerda que en Mi Última Voluntad nos encargamos de facilitar las condiciones para el servicio e inhumación, considerando los usos y costumbres de la persona que muere en Estados Unidos y quiere ser repatriada a México, los cuales incluyen a los funerales católicos.
