Cuando se tiene que despedir a un ser querido hay que elegir entre dos opciones: que sus restos sean enterrados en un cementerio, o bien que sean cremados para reducirlos a cenizas. Esta última opción ha ido ganando popularidad a lo largo de los años debido a conveniencias como el no tener que pagar por un espacio en un panteón. Pero, ¿qué opina la religión católica al respecto?
En México la mayoría de las personas profesan la religión católica que, con respecto al cuerpo después de la muerte, aceptó la cremación a partir del año 1983. El Vaticano, a través de su Código de Derecho Canónico, la autorizó como una opción final para los restos.
No obstante, hay que hacer algunas aclaraciones al respecto. Según la fe católica, está prohibido hacer una repartición de cenizas entre los familiares, que se conviertan en algún tipo de objeto o que sean lanzadas a algún lugar, por ejemplo, al mar.
Esta rama de la fe cristiana indica que las cenizas de nuestros seres queridos deben permanecer en una urna, y esta a su vez llevada a un cementerio o a una iglesia en donde haya nichos para depositarlas. Y es que las autoridades católicas señalan que se debe guardar respeto al cuerpo dado que se confía en la resurrección.
Lo que es más, las cenizas únicamente pueden ser conservadas en casa en circunstancias excepcionales. Lo ideal es llevarlas a un lugar en donde se pueda hacer oración para pedir por el descanso eterno del fallecido.
¿Por qué se prefiere el entierro en la religión?
Entre las razones por las cuales se considera que a nivel espiritual es mejor llevar a cabo un entierro es que Jesucristo tuvo ese final.
Incluso existe un término en ese sentido, al que se llama darle cristiana sepultura. Esto es porque, en la religión católica, se tiene la creencia de que algún día, Dios volverá a la tierra y todos resucitarán.